miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL MUNDO EN MÚSICA: "La Cascada de las nubes"

Formadas por el rio Santo Domingo y ubicadas en la reserva de Montes Azules , las Cascadas Las Nubes es un destino turistico joven, ya que fué hasta hace poco que se le dotó de infraestructura turística para ofrecer a los visitantes los servicios mas indispensables de pernocta y alimentación. Se llega desde la ciudad de Comitán de Domínguez o San Cristóbal de las Casas, saliendo muy temprano, si se planea regresar al punto de partida. 
Está a una distancia de 72 kms. aproximadamente desde los Lagos de Montebello, pasando por las comunidades indígenas zapatistas de Amparo, Agua Tinta yNuevo Huixtán, debiendo cubrir un tramo de 12 kms. de terraceria y pasando por la comunidad de Jerusalém
La forman el Río Santo Domingo y consta de varias pequeñas cascadas que después de pasar un encajonado, se precipitan ruidosamente a una planicie rodeada de pastizales, esta vista se aprecia desde un mirador situado a 150 mts. de altura. 
Pero se aprecia mejor desde la avioneta,la cual se puede tomar en la ciudad de Comitan de Dominguez,en el mismo sobrevuelo a laguna Miramar y Lagos de Montebello. 

Ahora escucha esta música y contempla estas imágenes:

sábado, 17 de septiembre de 2011

MIS LECTURAS: "El libro de las almas" de Glenn Cooper


El libro de las almas de Glenn Cooper es una obra sorprendente y una excelente continuación de La Biblioteca de los muertos.
De ello se desprende la misma Biblioteca misteriosa, llena de los nombres de todos los que alguna vez será, junto con sus fechas de nacimiento y muerte, pero se concentra en un solo libro en particular, un volumen de 1527, que desapareció hace mucho tiempo y aparece inexplicablemente en una subasta en Londres, después de siglos de permanecer olvidado en un estante en Cantwell Hall: una casa señorial en el sur de Inglaterra.
Will Piper, el agente del FBI involucrado en el caso del asesinato del Juicio Final en la Biblioteca de los Muertos, es un participante más dispuesto en esta ocasión. Recientemente se ha vuelto a casar, ha sido padre por segunda vez y está tratando de comenzar una nueva vida doméstica después de su jubilación temprana.
Todo va tan bien para él, en Nueva York con el sueño de la pesca en la Florida y trata de mantenerse alejado de la botella de whisky que guarda en el armario debajo de la televisión. Cuando se le ofrece la oportunidad de involucrarse en la biblioteca una vez más, es inicialmente vacilante, pero luego salta a la posibilidad de que se trata de un poco de emoción.
Él y otros dos hombres – los ex empleados de la Zona infame 51 – se inician en una misión para descubrir la verdad detrás de la última fecha en el último de los libros: 9 de febrero de 2027. Su progreso es seguido de cerca por los Vigilantes, el Área 51 del equipo de seguridad, que están tan determinados como voluntad para resolver este misterio.
Las cosas se ponen muy tensas cuando Will es perseguido a través del Atlántico en una carrera para comprar el libro y descubrir la verdad. El problema es que los Vigilantes quieren que todo se conserve en secreto, por lo que el Área 51 puede seguir siendo utilizada para el  beneficio económico del gobierno de EE.UU.. Han matado antes y volverá a hacerlo para salirse con la suya.
Este libro sigue una estructura similar a su predecesor. Una vez más hay tres líneas diferentes, pero conectadas entre sí. La primera línea de tiempo sigue la suerte de los Abbott del priorato Vecti, después de que el fuego que él cree que ha destruido la biblioteca. El segundo se refiere a cómo el volumen de 1527 termina en Cantwell Hall y el tercero es el día de hoy, en el que están tratando de reconstruir todo.
Hay algunas sorpresas más maravillosas para los lectores de El Libro de las Almas. El final es fabuloso y la persecución de los secretos es enorme, para morderse las uñas.

Tiempo de “nadales”

NadalConfieso mi admiración y mi respeto por Rafa Nadal. Este chico representa esos valores que dicen hemos perdido pero que simplemente hay que buscarlos y ponerlos de moda. Es la dedicación a su trabajo con horas de sacrificio, la constancia pese a la dificultad, la fe en sus posibilidades, la pelea porque nunca se da por vencido, la rabia contenida sin perder las formas cuando se anima en la pista mientras el graderío le aclama. Sabe ganar. Es generoso en la victoria. Incluso parece a veces que le da pena porque enfrente tiene a un compañero al que le dedica elogios que son sinceros. Ha hecho llorar a Federer y le ha consolado.
Pero también sabe perder. Y esto ya es más difícil. Con su bestia negra Djokovic, respeto y alabanzas. Ni un mal gesto. Es más, si alguien le da pie para una disculpa, corta de raíz la cuestión y reconoce que ese día ha ganado el mejor. Fuera de las canchas tiene sus amigos de toda la vida y suma discretamente otros en el bosque de los que surgen en su camino. Está enamorado y su pareja dosifica con prudencia las apariciones públicas. Saluda a la gente que le aborda en la calle con naturalidad. Se hace fotos, firma autógrafos. Y en la luz de los focos brilla su estrella pese a que no siempre ha tenido la paz de espíritu que necesitaba entre bola y bola. Sabe lo que es la separación de unos padres a los que adora y sufrió como cualquier hijo.
Rafa Nadal es el banderín de enganche para este país llamado España cuando en sus victorias se envuelve en la bandera o se la pinta en las mejillas para animar a la selección española como un aficionado más apasionado por el fútbol. Llegó a Córdoba el martes después de una durísima final del US-Open y dejó claro el mensaje: no vengo a jugar por la Davis, vengo a jugar por España. Lo dice con orgullo, con naturalidad.
En estos tiempos difíciles, mirar a este chico es pensar que con esfuerzo y humildad todo es posible. Y éste es el tiempo de los nadales. Seguro que en nuestro entorno hay nadales anónimos. Esa gente que es capaz de dar lo mejor cuando las cosas van bien y cuando van mal. Los que hacen fuerte a una nación. Éste es su momento.

martes, 13 de septiembre de 2011

MIS LECTURAS: "La escriba" de Antonio Garrido



Se trata de una novela histórica de misterio –al menos así es como la prefiero denominar -, amena y bien documentada.

En un principio me gustaba la idea de que la protagonista fuera mujer, máxime en el periodo que abarca el libro, finales del siglo VIII en pleno auge del imperio Carolingio..

La lectura del libro fue oportuna, pues cumplió un objetivo, prioritario para mí, en estas vacaciones que he tenido: evadirme, y, a su vez sumergirme en ese mundo de abadías, de pergaminos, de aventuras y misterios. El autor imprime a su novela un ritmo acelerado; todo sucede demasiado rápido, con pocos momentos y situaciones de tranquilidad, en donde los misterios –que son muchos– se resuelven de forma vertiginosa. Si he de ser sincero, me han parecido demasiados misterios a resolver, que se suceden casi sin fin, pero supongo que habrá quien guste de esta continua tensión en la lectura.
Los personajes:
La protagonista principal, que tanto me atrajo en un primer momento, pierde interés y credibilidad conforme se desarrolla la historia, no sé si debido al excesivo número de vicisitudes, de intrigas y de aventuras en las que se ve envuelta. En cambio los personajes secundarios, como Althar y su mujer, La Negra, Korne, Wilfred, etc., se hacen más interesantes en la medida en que se perfilan y definen en sus controvertidos y claroscuros caracteres. Y cómo no referirme al segundo protagonista, por así decirlo, de esta historia, Alcuino de York, tan ambiguo y parecido al Guillermo de Baskerville de El nombre de la rosa de Umberto Eco, en donde creo ver un guiño al célebre novelista.
Contexto histórico:
Aquí voy a citar al propio autor en el epílogo del libro: ”La documentación no es sino el decorado, el barniz que abrillanta y enluce a los personajes, el envoltorio que los legitima y los hace verosímiles.” Efectivamente, no encontramos en esta novela más que pinceladas históricas que nos ilustran sobre ciertos acontecimientos o personajes, sin distraernos con notas o explicaciones eruditas complementarias de la trama argumental. En este sentido quiero llamar la atención sobre lo que me ha parecido, sin duda, lo mejor de la obra: la ambientación general, las descripciones físicas tanto de personajes como de lugares o cosas. El realismo, plasticidad y vivacidad de sus imágenes crean la sensación de estar viendo una película, dado su peculiar ritmo y variedad en los continuos cambios de situaciones o vivencias, por lo que no descarto la posibilidad de que ésta se llegue a realizar en un futuro.
Por todo ello solo me queda recomendar su lectura y disfrute y, de seguir así, augurar a Antonio Garrido una próspera carrera como escritor.