domingo, 25 de noviembre de 2012

PESAR EL POLLO, de D. Miguel A, Santos Guerra


PESAR EL POLLO:
Sobre la tan traída LOMCE traigo aquí un artículo del profesor Don Miguel Angel Santos Guerra que no tiene desperdicio; hace una reflexión sobre el enfoque que la nueva ley hace sobre la EVALUACIÓN:

"En el anteproyecto de ley que ha preparado el Gobierno (la para mí catastrófica LOMCE) aparece más de cien veces la palabra evaluación. Hay, desde principio a fin, una obsesión preocupante por la evaluación. ¿Por qué preocupante? Porque parece que la evaluación, en lugar de un medio para mejorar, se convierte en un fin en sí misma. No es cierto que esa escuela sea igual para todos. No es cierto que vaya a ganar el mejor.
La preocupación aumenta si se trata de evaluación externa y frecuente (3º y 6ª de Educación Primaria, 2º y 4º de ESO y 2º de Bachillerato). Parece que solo la evaluación que hacen los expertos desde fuera es la que tiene rigor. Ese hecho entraña una indiscutible desconfianza sobre la evaluación que realiza el profesorado. Esa evaluación se hace solo sobre los resultados de los alumnos. Los procesos no se tienen en cuenta.
Creo que existe en el anteproyecto una delirante preocupación por la medición. Se trata de una obsesión por pesar al pollo. En efecto, se quiere dedicar más tiempo, más esfuerzo y más dinero a pesar al pollo que a engordarlo. Las preocupaciones más importantes respecto al desarrollo del pollo, serían las siguientes: pesarlo, compararlo, seleccionarlo y clasificarlo.
Se trata de saber cuánto ha engordado, quién ha engordado más que quién y a quiénes hay que eliminar por no haber conseguido el nivel deseable. Pero hay menos preocupación por alimentarlo de forma equilibrada, sana y rica. Prueba de ello es que habrá más alumnos y alumnas por aula, peores condiciones de trabajo para el profesorado, más horas lectivas, menos medios didácticos… En definitiva, será difícil que sea bueno el decisivo proceso de alimentación.
Y, claro, si al pesarlo el pollo no ha engordado lo suficiente, será por culpa del pollo. Nada tendrá que ver con ese desarrollo deficiente el plan de nutrición, los alimentos que se le ofrecen al pollo y los procesos de alimentación. Por eso no se habla de otras evaluaciones en la ley: ni de la política educativa, ni del curriculum, ni de los centros, ni del profesorado…
Además, al pollo no se le engorda solo en la escuela. ¿Qué sucede con el que no tiene en la familia medios para comer? ¿Qué le pasa al que solo cuenta con lo que recibe en la escuela? Está muy claro que va a tener muchas dificultades para salir airoso de la competición.
Da la impresión de que la finalidad de la evaluación no es aprender sino aprobar. La meta está en conseguir buenos resultados, no en despertar el deseo de saber, en hacerse mejores personas con lo que se aprende. La más deseable y profunda esencia de la educación, al parecer, es la competitividad.
Es llamativo que el primer párrafo de la ley sea el siguiente: “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global”.
Como podrá observarse, en un solo párrafo (el que abre el texto) aparece tres veces la idea de competir. Ese es el eje de la filosofía de la nueva ley. No se trata de llegar a ser el mejor de nosotros mismos, sino mejor que los demás. No se trata de desarrollarse al máximo sino de desarrollarse más que los otros.
La recuperación de las reválidas no es más que la instalación de una cadena de obstáculos que condena al fracaso a quienes peores condiciones tiene para superarlos. La finalidad del aprendizaje es pasar esa prueba. El fin es el éxito en el control que decide quién sigue y quién no.
¿Qué pasa con los pollitos que no pesen lo suficiente? Esos no sirven, no pasa nada con que se pierdan. Lo importante es que sigan los mejores.
Las funciones más poderosas de la evaluación son, ahora, las más pobres desde el punto de vista educativo. La evaluación no sirve para dialogar, para comprender, para mejorar. Ahora las funciones más importantes son medir, comparar, seleccionar y clasificar. Hace ya algunos años publiqué un libro titulado “La evaluación, un proceso de diálogo, comprensión y mejora”. Creo que el enfoque de la obra no tiene mucha cabida en la filosofía de la nueva ley. En ella lo importante es competir y ganar. La evaluación es un modo de comprobar que has triunfado, que has ganado a otros, que has sido seleccionado en el proceso competitivo.
Esas poderosas funciones tienen una dimensión ética insoslayable. Lo único importante parece ser la dimensión técnica, como si esta fuera neutra, como si no beneficiase a unos y perjudicase a otros. Ilustra muy bien lo que digo esta imagen tomada del libro “¿A quién beneficia la escuela?”, de Jacques Halak.
Se trata de una carrera en la que compiten por llegar a la meta diversos corredores. El texto que figura debajo de la imagen encierra una terrible trampa: “Hemos abierto una escuela igual para todos, que gane el mejor”. No es cierto que esa escuela sea igual para todos. No es cierto que vaya a ganar el mejor. Ganará quien no tiene una bola de hierro atada al pie, quien no tiene una estaca atada a la cintura, quien no tiene una cadena amarrada al tobillo. Ya de partida sabemos quién va a fracasar. Los pobres, los inmigrantes, los discapacitados, quienes pertenecen a clases culturalmente desfavorecidas, quienes no tienen dinero para pagarse un profesor particular.
Los detractores del sistema educativo, a quienes se les llena la boca con los pobres resultados de PISA en las pruebas de conocimiento, nunca se refieren al excelente puesto que ocupa España en la equidad de su sistema educativo. Claro, eso para ellos no tiene mucha importancia. Probablemente sus hijos tengan muchos medios para ser triunfadores. ¿Qué más les da que otros fracasen?"

sábado, 24 de noviembre de 2012

MIS LECTURAS: "Últimas pasiones del caballero Almafiera" de Juan Eslava-Galán






El romance entre un bravo caballero, que busca recuperar sus posesiones familiares que burdamente le han sido arrebatadas y una joven y bella malquerida (término que describe con claridad el maltrato y la vejación que el marido de dicha joven le dispensa a la desgraciada) es el esqueleto emocional dentro del contexto histórico en el que se desarrolla la última novela de Juan Eslava Galán, “Últimas pasiones del caballero Almafiera”. Este contexto no es otro que la cruzada emprendida por los tres reyes españoles, Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón, contra el caudillo árabe An-Nasir para recuperar el suelo peninsular ocupado por el moro y sobre todo vengar la cruel derrota sufrida por las tropas castellanas, diecisiete años antes, en la batalla de Alarcos frente al padre de An-Nasir, Abu Yaqub Yüsuf Al- Mansür, motivo por el que el Rey Alfonso VIII de Castilla vive en una auténtica pesadilla de remordimiento e impotencia.
Estamos pues ante una novela que nos describe con toda la fuerza y el realismo uno de los hechos más importantes de la historia de nuestro país, la batalla de las Navas de Tolosa, de la que este verano se han cumplido 800 años y que debido a nuestros complejos como pueblo por una parte y a una increíble propensión al olvido colectivo, apenas han habido referencias a dicho aniversario. Sin embargo, y esto es una apreciación personal pero ahí la dejo, creo que es gracias, entre otras razones, a la batalla de las Navas de Tolosa, que hoy no andamos quemando embajadas porque alguien ose criticar nuestros símbolos religiosos, ni lapidamos a nadie por adulterio, en nuestra sociedad se respeta la diversidad cultural y religiosa (no hay ni un solo país árabe que respete la diversidad y la libertad de pensamiento y culto) y a pesar de tener una historia llena de conspiraciones militares, dictaduras (lo nuestro hemos sufrido también) y actualmente una crisis económica (y ahora también político social de dimensiones desconocidas con el "Molt Honorabel Mas" pregonando referéndums sean o no legales) hoy en día los ciudadanos y ciudadanas de este país gozamos de unas cotas de libertad absolutas fruto de los pactos que representantes elegidos democráticamente plasmaron en una constitución y que ni siquiera la verborrea de los Rouco Varela de turno han podido alterar. En definitiva, gracias, entre otras cosas, a una tremenda batalla que dio paso a la conquista posterior de Al-Andalus, acontecida hace 800 años, y sin saberlo los protagonistas pues sus intenciones en aquellos días poco tenían que ver con ideales políticos de libertad, hoy tenemos Democracia en lugar de el Corán. Como resultado, el triunfo de la libertad del individuo frente a la dominación de las voluntades colectivas de corte religioso o político. (Esto es una interpretación personal de la historia que como toda interpretación puede ser sesgada, no lo niego, pero ahí queda).
Sin embargo no hay que confundirse, “Últimas pasiones del caballero Almafiera” no es una novela histórica al uso, sino que se trata de una auténtica historia de amor, escrita en ese romance tan particular de Juan Eslava Galán (como ya viéramos en su genial novela “En busca del unicornio”, IMPRESCINDIBLE), que la dota de una tremenda sensibilidad y emoción en cada una de sus páginas y que en ocasiones hace creer al lector que se encuentra ante el relato de alguien que estuvo in situ en tan impresionante cruzada. De hecho así se sitúa el propio autor dentro de la historia que narra: como observador y contador de una historia que vive en primera persona, como el que ve todo lo que sucede y ahora lo cuenta a las generaciones posteriores para que el tiempo no se lleve con el mal viento del olvido esta bella historia de amor y esta brava historia de coraje de unos hombres que dieron su vida en tan brutal empresa.
Así pues cabe resaltar la fuerza emotiva que desprenden los personajes de esta novela, desde los dos enamorados que saborean las mieles del amor durante la travesía en cruzada de final incierto para todos, hasta aquellos que tratan de serenar su ansiedad ante el choque que tarde o temprano tendrá lugar contra las tropas del caudillo árabe. La humanidad de estos personajes, reales, que existieron y padecieron, con sus miedos y sus dudas, con sus alegrías y sus pesares, es el denominador común de una novela magistralmente escrita por uno de los mejores escritores de nuestro país (mi favorito sin duda)
“Últimas pasiones del caballero Almafiera” es también un canto a la libertad. Ese canto a la libertad lo representan aquellos personajes de la novela que buscan ser felices dando espacio a sus emociones en un mundo encorsetado por las fanáticas creencias religiosas que como suele ocurrir se dan de bruces con los anhelos de realización personal. De ahí que los dos protagonistas parezcan en ocasiones personajes extraídos de otros periodos de la historia, más contemporánea tal vez, por la manera tan completa con la que viven sus pasiones.
Por todo lo expuesto, esta novela es para mí, por su bella historia y su incuestionable valor didáctico (aquellos que sean amantes de los datos y les guste conocer la historia van a disfrutar de lo lindo) la mejor de las que he leído durante estos últimos años (y puedo asegurar que he leído unas cuantas)

martes, 20 de noviembre de 2012

CONCIERTO DÍA SANTA CECILIA

Este próximo sábado se celebrará en el Pabellón Polideportivo un concierto de bandas en honor a Santa Cecilia.
Intervienen la Banda de Cornetas y Tambores de Nueva Carteya y la Agrupación Musical de la Santa Vera Cruz de nuestro pueblo.
Este es el cartel: