domingo, 7 de abril de 2013

MIS LECTURAS: "Los Litigantes" de John Grisham


Los litigantes (Plaza & Janés, 2012) es la última novela de John Grisham, otro thriller de abogados que sigue la línea del maestro del género y que añade un toque de humor, especialmente con un personaje que nos hará sonreír con su peculiar método de trabajo.
Al comienzo de la novela se describe el bufete de abogados Finley & Figg, cuyos integrantes serán los protagonistas de la novela. En apenas cinco páginas descubrimos las patéticas características de este bufete situado en un barrio degradado del sur de Chicago. Tiene solo dos socios y letrados, que se definen como un “bufete-boutique” afirmando ser exquisitos, distinguidos y talentosos. Para la realidad es muy diferente, se dedican a defender a algún conductor borracho, tramitan divorcios sencillos y su especialidad consiste en tramitar casos de lesiones lo más rápidamente posible, una rutina cotidiana que aportaba escasos beneficios y que requería “poco talento, nula creatividad y que nunca sería considerada exquisita ni distinguida”. 

Óscar Finley es el socio “senior”, ex policía expulsado del cuerpo por su violencia, casado con una mujer aterradora a la que no presenta una demanda de divorcio por no poder permitírselo económicamente. Wally Figg es el socio “junior”, alcohólico en rehabilitación, sin escrúpulos, capaz de llevar a cabo cualquier idea descabellada para conseguir casos, se dedica a recorrer salas de urgencias y tanatorios en busca de potenciales clientes. Y, finalmente, tenemos a Rochelle Gibson, la secretaria y el alma del bufete.
Los dos socios llevan veinte años ganándose mal la vida juntos, discuten como un matrimonio y tienen un largo currículum de demandas y amonestaciones por negligencias. Pero dos acontecimientos darán un giro a su patética situación. Por una parte, el fallecimiento de un cliente al que habían redactado su testamento y las últimas voluntades parece ser un caso rutinario, pero les abrirá las puertas a una demanda contra la tercera empresa farmacéutica más importante del mundo. Por otra, la llegada accidental al bufete de David Zinc, un joven abogado que abandona el prestigioso bufete en el que trabaja al sentirse saturado, absorbido por su trabajo y harto de no poder disfrutar de su familia ni del dinero que ganaba.
David llevaba cinco años trabajando en el bufete y era socio “senior”, pero se había dedicado a trabajar en el departamento de finanzas internacionales, tratando con clientes sin rostro y expedientes tediosos. No tenía experiencia en los juzgados y empezará desde cero en el nuevo bufete, donde se sorprenderá al conocer los excéntricos métodos de trabajo de sus socios que reconocen que “el noventa por ciento de lo que hacemos apesta”.
Juntos se enfrentarán al complejo caso que les puede hacer ricos, pero en el que carecen de experiencia y conocimientos para enfrentarse a la poderosa maquinaria de una empresa acostumbrada a lidiar con todo tipo de demandas y cuyos dirigentes están convencidos de que en esta ocasión tienen la razón. Cada uno de los protagonistas tendrá que hacer frente también a sus particulares problemas familiares y personales que afectarán a su trabajo tanto de forma positiva como negativa.
Los litigantes nos engancha nuevamente con una trama muy interesante que denuncia la corrupción del sistema político y judicial y nos ofrece una historia de ambición y codicia que se resuelve de forma acertada.

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