Los sonidos que nada tenían que ver con lo humano se captaban por las estancias del castillo. Así empieza esta novela histórica que recrea la longeva vida de Pedro Martínez de Luna, que llegó a ocupar lo más alto de la Iglesia con el nombre de Benedicto XIII, y conocido popularmente como el Papa Luna. Un hombre culto que nació en Illueca (Zaragoza), luchó en las guerras de los dos Pedros entre Aragón y Castilla, profesor en Montpellier, cardenal de Aragón, legado para los reinos hispanos de Clemente VII tras el Cisma de Occidente... La muerte lo alcanzó refugiado entre las paredes de la fortaleza templaria de Peñíscola cuando había cumplido 95 años. Hasta el final mantuvo su creencia de que seguía siendo el auténtico Pontífice.
A pesar de la dificultad que acarrea una tarea como ésta el autor ha creado un excelente relato que, en numerosas ocasiones, se transforma en trepidante. Sobresaliendo a mi entender por la rigurosidad histórica que hace reflexionar al lector sobre los verdaderos motivos por los que acabó siendo declarado Antipapa y su nombre borrado de la lista oficial de los Papas.
A destacar por el juego que da a la novela sucesivamente los personajes de Poño de Mallén, su hijo Poñín y su nieto. Ellos han sido utilizados con habilidad para el desarrollo de la trama y el apoyo a diversas acciones históricas.
Según mi opinión de devorador de libros recomiendo LOS SILENCIOS DEL PAPA LUNA que me ha hecho pasar buenos momentos recorriendo complejas intrigas que movieron los intereses de los poderes tanto políticos como religiosos de los Siglos XIV y XV. Creo que la deberían leer tanto los que se consideren creyentes como los que no porque la historia y los hechos están por encima de las creencias.
Una novela histórica que hace honor a esa definición, y que la hace muy recomendable para los amantes de este género.
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