Otro lugar de inevitable visita si viajáis a San Fernando es este Observatorio. Su horario de visita guiada es todos los viernes a las 10'30.
Aquí os dejo alguna reseña:
Real Observatorio de la Armada
El Real Observatorio de la Armada se
eleva sobre el cerro de Torre Alta, visible desde toda la Bahía de Cádiz.
El edificio constituye un bello ejemplo de arquitectura neoclásica, de gran simplicidad y pureza de líneas. El trazado de su planta de 1791 se debe a Gaspar de Molina y Zaldivar, Marqués de Ureña. La primera piedra se colocó el 3 de Octubre de 1793, y entró en funcionamiento en 1797.
El edificio constituye un bello ejemplo de arquitectura neoclásica, de gran simplicidad y pureza de líneas. El trazado de su planta de 1791 se debe a Gaspar de Molina y Zaldivar, Marqués de Ureña. La primera piedra se colocó el 3 de Octubre de 1793, y entró en funcionamiento en 1797.
Sus antecedentes se hallan en el Real
observatorio de Cádiz fundado por Don Jorge Juan en 1753. El insigne marino y
científico Jorge Juan, Capitán de la Compañía de Guardias Marinas desde 1751,
propuso al Marqués de la Ensenada la idea de instalar un observatorio en el
Castillo de la Villa (castillo del Pópulo), sede de la Academia de Guardias
Marinas, a una altura superior a la de los edificios de la ciudad. Con ello se
pretendía que los futuros oficiales de la Marina aprendiesen y dominasen una
ciencia tan necesaria para la navegación como era
entonces la astronomía. El "Real Observatorio de Cádiz", se crea como
una dependencia anexa a la Academia de Guardias Marinas. A partir de entonces,
el nuevo observatorio, el más meridional de Europa, fue ganándose un merecido
prestigio en el contexto astronómico europeo, gracias a los importantes
trabajos desarrollados por personajes como Luis Godin o Vicente Tofiño y al
apoyo técnico y científico prestado a las expediciones ilustradas del último
tercio del siglo XVIII.
Debido a las deficiencias del Observatorio gaditano, al traslado del Departamento marítimo a la Real isla de León y a la creación de la nueva Población de San Carlos, se acordó edificar un nuevo observatorio en esta población pero la necesidad de un lugar elevado hizo que finalmente se construyera en el cerro de Torre Alta.
Una vez realizada la elección del terreno, don Vicente Tofiño de San Miguel y el Marqués de Ureña se dispusieron a realizar sus primeras trazas pero debido a las diferencias entre ambos se decidió que cada uno presentara su propio proyecto.
Debido a las deficiencias del Observatorio gaditano, al traslado del Departamento marítimo a la Real isla de León y a la creación de la nueva Población de San Carlos, se acordó edificar un nuevo observatorio en esta población pero la necesidad de un lugar elevado hizo que finalmente se construyera en el cerro de Torre Alta.
Una vez realizada la elección del terreno, don Vicente Tofiño de San Miguel y el Marqués de Ureña se dispusieron a realizar sus primeras trazas pero debido a las diferencias entre ambos se decidió que cada uno presentara su propio proyecto.
El proyecto de Tofiño era el de un
edificio de planta rectangular rodeado por galerías en todos sus frentes dentro
de una nueva visión racionalista de adecuar perfectamente el edificio a la
finalidad destinada. Pero el proyecto que acabó siendo elegido fue el del
Marqués de Ureña que presentaba una planta cruciforme siguiendo a la del
Observatorio de Oxford, lo que corrobora la opinión de Bonet Correa sobre la
influencia inglesa en la obra de este arquitecto. Las razones alegadas para
esta elección fueron que esta planta poseía más divisiones, mayor luminosidad
en las oficinas y por la elegancia arquitectónica del edificio.
De esta planta original en forma de cruz poco queda en la actualidad ya que en ella se llevaron a cabo importantes modificaciones y reformas, como las que realizó el propio Marqués de Ureña una vez que el edificio estaba terminado en 1798. Después vinieron las reformas proyectadas por los arquitectos Torcuato José Benjumeda ó Jose Antonio Laveaga. La última y la mayor de las transformaciones se realizó en 1857 modificándose su planta cruciforme en rectangular tal como es en la actualidad. Además del edificio, toda la zona ha sufrido reformas que han llevado a conseguir una magnífica imagen en contraste con el descuido anterior. Los jardines especialmente se hallan muy bien cuidados.
La fachada principal, o meridional, mantiene el pórtico y la misma configuración que diseñó el Marqués de Ureña, aunque ha perdido el tercer piso y la cúpula primitiva, mientras que la cúpula actual se levanta sobre lo que antes constituía el segundo piso. En el s. XIX se realizó la ampliación de los dos salones meridianos de los que sólo perdura el oriental. No obstante, el núcleo central de esta fachada es básicamente el realizado por el Marqués de Ureña. Como remate del edificio se encuentra la cúpula, construida a mediados de nuestro siglo, que muestra un tambor en el que alternan pilastras y ventanas. Hasta hace escaso tiempo esta cúpula se remataba por un pararrayos pero por la instalación de nuevos instrumentos fue reformada y, en la actualidad, de la media naranja surge una semicúpula metálica giratoria, que una vez abierta permite las observaciones a cualquier punto del cielo.
Esta dividida en 3 secciones:Astronomía, Geofísica y Hora. Aún hoy en día es uno de los centros científicos más importantes del mundo y donde se establece la hora oficial de España. De entre sus campos de investigación cabe destacar la Sección Hora, que consta de una batería de relojes atómicos los cuales, desde su instalación en 1973, establece y mantiene la Escala de Tiempo Universal Coordinado (U.T.C.-R.O.A.).
De esta planta original en forma de cruz poco queda en la actualidad ya que en ella se llevaron a cabo importantes modificaciones y reformas, como las que realizó el propio Marqués de Ureña una vez que el edificio estaba terminado en 1798. Después vinieron las reformas proyectadas por los arquitectos Torcuato José Benjumeda ó Jose Antonio Laveaga. La última y la mayor de las transformaciones se realizó en 1857 modificándose su planta cruciforme en rectangular tal como es en la actualidad. Además del edificio, toda la zona ha sufrido reformas que han llevado a conseguir una magnífica imagen en contraste con el descuido anterior. Los jardines especialmente se hallan muy bien cuidados.
La fachada principal, o meridional, mantiene el pórtico y la misma configuración que diseñó el Marqués de Ureña, aunque ha perdido el tercer piso y la cúpula primitiva, mientras que la cúpula actual se levanta sobre lo que antes constituía el segundo piso. En el s. XIX se realizó la ampliación de los dos salones meridianos de los que sólo perdura el oriental. No obstante, el núcleo central de esta fachada es básicamente el realizado por el Marqués de Ureña. Como remate del edificio se encuentra la cúpula, construida a mediados de nuestro siglo, que muestra un tambor en el que alternan pilastras y ventanas. Hasta hace escaso tiempo esta cúpula se remataba por un pararrayos pero por la instalación de nuevos instrumentos fue reformada y, en la actualidad, de la media naranja surge una semicúpula metálica giratoria, que una vez abierta permite las observaciones a cualquier punto del cielo.
Esta dividida en 3 secciones:Astronomía, Geofísica y Hora. Aún hoy en día es uno de los centros científicos más importantes del mundo y donde se establece la hora oficial de España. De entre sus campos de investigación cabe destacar la Sección Hora, que consta de una batería de relojes atómicos los cuales, desde su instalación en 1973, establece y mantiene la Escala de Tiempo Universal Coordinado (U.T.C.-R.O.A.).
El Real Instituto y Observatorio de la
Armada es una institución científica activa y no un museo. Sin embargo, después
de doscientos cincuenta años de funcionamiento, la conservación de su
patrimonio instrumental ha dado lugar a la organización de una colección
formada por 173 instrumentos que, en el ámbito de la instrumentación de la
astronomía y sus ciencias afines, posiblemente sea única en España.
La creación en 1753 del Real
Observatorio de Cádiz, producto de la política ilustrada, fue un hito
importante en el desarrollo científico de la España del siglo XVIII. La
conjunción entre enseñanza, práctica e investigación contribuyó rápidamente al
aumento de importancia de su Biblioteca que, desde un primer momento, fue
considerada como un instrumento científico más. Primero Jorge Juan, y más
adelante Tofiño, hicieron todo lo posible por consolidar y aumentar sus fondos,
que hoy en día lo componen más de 25.000 volúmenes.
Los cuatro incunables que posee la Biblioteca del Instituto y Observatorio Astronómico de la Armada se hallan expuestos en la Sala Central de la planta alta del edificio. Los incunables que se conservan en esta Biblioteca son de gran valor, no sólo por su antigüedad y por el hecho de tratarse de las primeras obras salidas de la imprenta sino también por sus peculiares contenidos que se refieren a la astronomía, la materia principal de los fondos bibliográficos del observatorio.
El más antiguo de estos incunables se titula "Introductorium in astronomía" del árabe Albumasar, obra que fue editada en 1489 por el famoso editor Erhard Ratdolt en su imprenta de Augsburgo. Esta "Introducción a la Astromonía" es una pequeña obra, traducción latina del s. XII con letra gótica y buena tipografía, y que cuenta además con varios grabados ilustrativos y con iniciales enmarcadas en motivos florales y en blanco y negro, características de este editor. Albumasar fue un astrónomo y astrólogo árabe, nacido en el año 787 en Balkh (Afganistán).
Los cuatro incunables que posee la Biblioteca del Instituto y Observatorio Astronómico de la Armada se hallan expuestos en la Sala Central de la planta alta del edificio. Los incunables que se conservan en esta Biblioteca son de gran valor, no sólo por su antigüedad y por el hecho de tratarse de las primeras obras salidas de la imprenta sino también por sus peculiares contenidos que se refieren a la astronomía, la materia principal de los fondos bibliográficos del observatorio.
El más antiguo de estos incunables se titula "Introductorium in astronomía" del árabe Albumasar, obra que fue editada en 1489 por el famoso editor Erhard Ratdolt en su imprenta de Augsburgo. Esta "Introducción a la Astromonía" es una pequeña obra, traducción latina del s. XII con letra gótica y buena tipografía, y que cuenta además con varios grabados ilustrativos y con iniciales enmarcadas en motivos florales y en blanco y negro, características de este editor. Albumasar fue un astrónomo y astrólogo árabe, nacido en el año 787 en Balkh (Afganistán).
De 1495 es la obra "Tabularum
loannis Blanchini canones", cuyo autor, Juan Blanchini o Bianchini fue un
astrónomo italiano de s. XV, que nacido en Bolonia fue profesor en Ferrara. De
los cuatro incunables es el único cuyo autor es coetánco a la edición. Esta
obra es parecida a otras del mismo tipo usuales en el s. XV, que muestran una
serie de tablas y almanaques perpetuos utilizables tanto en astronomía como
astrología. Estas "Tablas" de Blanchini presenta una tipografía
gótica muy cuidada del impresor veneciano Simón Bivilaqua, editor poco
conocido.
La obra "Naturae historiarum libri. XXXVII" pertenece al célebre historiador latino del siglo Plinio el Viejo (23-79). La obra general de Plinio fue muy considerada y seguida en la Edad Media, por ejemplo sus libros sobre medicina eran considerados como libros clave entre los expertos en la materia hasta bien entrado el XVI. Esta "Historia natural" fue editada en Venecia por el italiano Juan Alvisio de Varisio, en 1499.
El último de los incunables, también de 1499, se titula "Astronomi veteres apud Aldum" y es una relación de ocho obras clásicas relacionadas con la astronomía y astrología. Esta obra fue editada por un gran humanista italiano, el afamado impresor y editor Aldo Manuzio, que llevaba la dirección desde 1490 de una imprenta que se dedicaba a la publicación de obras griegas y latinas. Es un libro de gran tamaño y buena impresión, impreso con letra romana. Contiene un tratado de astrología del año 335 del escritor latino Julio Firmicio Materno. También un poema en cinco libros sobre astronomía atribuido al poeta latino del siglo I de nuestra Era llamado Manilio. El poema astronómico denominado "Phaenomena" (Fenómenos), obra del poeta griego del s.l a.C. Arato de Solo¡, y que tuvo gran importancia en la antigüedad aparece comentado en griego por Theón de Alejandría, matemático del s. III d.C. y también en tres traducciones diferentes realizadas por Germánico. Cicerón y Avieno. Por último aparece en este incunable una obra del filósofo griego neoplátonico Proclo, en la versión en griego y en la traducción al latín realizada por médico y humanista Thomas Linacre.
También os dejo un video sobre el mismo:
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