"Hubo una época en la que los hombres levantaron catedrales, pintaron frescos e imitaron al ser humano en sus mármoles... Entonces, apareció alguien que se atrevió a construir una raza de caballos para la posteridad."
En 1522, resultado del amor prohibido entre una sirvienta y un opulento y corrupto terrateniente, vecino de Jerez de la Frontera, Yago volverá a la vida gracias al aliento de un viejo caballo. Desposeído del amor de su madre, su vida no va a ser nada fácil.
Imposibilitado para comunicarse con los humanos, su aislamiento interior le convertirá en víctima de todos los que le rodean y vivirá la incomprensión a lo largo de toda su vida. Conocerá la soledad, el dolor y el encierro desde muy niño, pero también la esclavitud y las más terribles experiencias entre las paredes de una casa de locos.
Pero Yago es poseedor de un talento único, puede captar la belleza de las cosas a través del tacto y expresar su riqueza interior a lomo de los caballos. Nada más que cuando sobre ellos sienta la fuerza del viento, o descubra en las cuadras de la cartuja de la Defensión a sus monjes sentando las bases de una raza que perdurará para la eternidad, entre rezos y silencios, Yago será capaz de sentir la paz necesaria para comenzar a liberar todo su caudal creativo. Sin embargo, un robo romperá el equilibrio de su paz y, siguiendo el destino infeliz de los caballos, se verá embarcado en una galera que le transportará al desconocido Nuevo Mundo, a Jamaica.
Yago, el protagonista de la novela, es el hijo de una dama de compañía y de un terrateniente jerezano que a su vez es capitán de los ejércitos de Carlos I de España y V de Alemania. Yago sufre un trastorno neurológico que hoy conocemos como síndrome de Asperger pero que en el S.XVI, siglo en que está ambientada la novela, sólo era un tipo más de locura. Yago fue considerado como un loco por unos y como un tonto o un endemoniado por otros.
La novela nos hace acompañar a su protagonista desde su nacimiento hasta su edad adulta. Veintiocho años en los que Yago sufrirá lo indecible desde muy temprana edad no sólo por su condición mental, sino también por otros hechos
La novela nos hace acompañar a su protagonista desde su nacimiento hasta su edad adulta. Veintiocho años en los que Yago sufrirá lo indecible desde muy temprana edad no sólo por su condición mental, sino también por otros hechos
Un período de vida en el que se sentirá solo e incomprendido por un mundo al que no pertenece pero en el que nunca se dará por vencido.
Afortunadamente Yago conocerá el amor y aparecerán personajes que le querrán, le comprenderán y le respetarán. Yago se convertirá así, en un personaje muy cercano al lector, que necesitará de nuestra compañía y de nuestro apoyo.
Por otro lado, a lo largo de la novela, el caballo ocupa un lugar muy importante en la trama. Hemos salido de la Edad Media, época en la que el caballo era un instrumento de guerra, fuerte y resistente para pasar al Renacimiento, momento de la historia en el que destaca la búsqueda de lo hermoso y lo sublime y en el que el caballo de batalla no cumple con los requisitos necesarios para pervivir. De esta forma asistiremos no sólo al nacimiento del arte ecuestre sino también a la creación de un nuevo ser: un caballo esbelto y bello como nunca antes ha existido. Veremos también la importancia que este animal gozó en la conquista de los territorios americanos y conoceremos de los importantes criaderos que se levantaron en el continente americano, en Jamaica en particular.
Gonzalo Giner me ha encandilado con su pluma. Me encanta la forma que tiene de trasladarme a otros lugares, de hacerme formar parte de la trama, de sufrir y de disfrutar con sus personajes. En este libro que él ha dividido en seis escenarios: entornos de silencio, de soledad, de desolación, de descubrimiento, superación y emoción, el autor muestra su destreza para elaborar una novela envolvente, seductora y bella. Llena de sentimientos y aventuras en un siglo que presumió de ser el de la vuelta a la belleza, a la cultura y al arte. Un siglo que en el que la condición humana aún dejaba mucho que desear.
Por último quiero destacar el emocionante final de esta historia de 717 páginas. Un final en el que se alza la voz de Yago para confesar sus sentimientos a su gran amigo Camilo. Un monólogo que me puso los pelos de punta.
Afortunadamente Yago conocerá el amor y aparecerán personajes que le querrán, le comprenderán y le respetarán. Yago se convertirá así, en un personaje muy cercano al lector, que necesitará de nuestra compañía y de nuestro apoyo.
Por otro lado, a lo largo de la novela, el caballo ocupa un lugar muy importante en la trama. Hemos salido de la Edad Media, época en la que el caballo era un instrumento de guerra, fuerte y resistente para pasar al Renacimiento, momento de la historia en el que destaca la búsqueda de lo hermoso y lo sublime y en el que el caballo de batalla no cumple con los requisitos necesarios para pervivir. De esta forma asistiremos no sólo al nacimiento del arte ecuestre sino también a la creación de un nuevo ser: un caballo esbelto y bello como nunca antes ha existido. Veremos también la importancia que este animal gozó en la conquista de los territorios americanos y conoceremos de los importantes criaderos que se levantaron en el continente americano, en Jamaica en particular.
Gonzalo Giner me ha encandilado con su pluma. Me encanta la forma que tiene de trasladarme a otros lugares, de hacerme formar parte de la trama, de sufrir y de disfrutar con sus personajes. En este libro que él ha dividido en seis escenarios: entornos de silencio, de soledad, de desolación, de descubrimiento, superación y emoción, el autor muestra su destreza para elaborar una novela envolvente, seductora y bella. Llena de sentimientos y aventuras en un siglo que presumió de ser el de la vuelta a la belleza, a la cultura y al arte. Un siglo que en el que la condición humana aún dejaba mucho que desear.
Por último quiero destacar el emocionante final de esta historia de 717 páginas. Un final en el que se alza la voz de Yago para confesar sus sentimientos a su gran amigo Camilo. Un monólogo que me puso los pelos de punta.
Para los amantes de los caballos, de la aventura, del saber, de los buenos libros y de Gonzalo Giner, aquí tenéis vuestra novela.
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