jueves, 14 de enero de 2010

HELICICULTURA: De la nada al éxito en tiempo récord


Juan Márquez García


No disponen de sangre, la hemocianina, con su color azul, se encarga de suministrar a sus células los nutrientes y el oxígeno que necesitan para subsistir. Su sistema nervioso, muy primitivo, tipos connictivos (nervios rectos y cortos). Su corazón solo tiene una aurícula y un ventrículo del que sale una arteria que, al ir dividiéndose, forma su sistema circulatorio. El sistema excretor prácticamente lo tiene junto a la cabeza. Es poiquilotermo (que no puede regular su temperatura corporal). Hermafrodita insuficiente (que dispone de ambos sexos en el mismo saco seminal, aunque no puede autofecundarse). Su escasa visión, tiene como órganos sensoriales externos una pequeña protuberancia en el extremo de una especie de antena.

En fin, parece que estuviéramos describiendo algún tipo de extraterrestre de alguna película o novela al uso; pero no, nada más lejos, se trata del caracol, más concretamente del hélix aspersa. Animal éste que, a pesar de sus muchas limitaciones, ha conquistado prácticamente todos los continentes a través de los mejores platos de las mejores mesas de los mejores restaurantes, calificando su consumo como una verdadera delicatessen.

Pues bien, su cría en cautividad es lo que se da en llamar helicicultura: Helix de helícidos y cultivare del latín cultivar, criar.

En sí, esta actividad es un verdadero arte, pues son muchos los conocimientos indispensables acerca del animal para llevar a buen puerto dicha empresa: nociones básicas, sobre su morfología y formología, conocer desde sus costumbres diarias hasta las anuales pasando por las necesidades de temperaturas, humedad, refugios, alimentación etc., además de enfermedades y depredadores, que no son pocos; sin olvidar adquirir conocimientos básicos en horticultura, que podrían ir desde la elección del tipo de plantas aptas para tal fin hasta el cuidado de ellas, calculando su duración y el tipo de protección que recibirían a través de las mallas de sombreros adecuadas. Hay que aseverar que él o los estudios de estas mallas son extensísimos y muy complejos; baste decir que un color de malla inadecuado podría acabar con toda la producción en pocos meses; así que estamos hablando de una verdadera Actividad Zootécnica.

Comentaros que esta afición de la que os hablo comenzó tras la lectura de un artículo del suplemento dominical del diario “El Mundo”, hace unos cinco años. Artículo que explicaba cómo en Egea de los Caballeros, un pueblo de la meseta castellana, “¡creó!” una empresa de helicicultura que comenzó con un capital inicial de diez millones de las antiguas peseta, y, a la vuelta de tres años, facturaba cinco veces dicha cantidad.

Esto me animó a indagar todo lo relacionado con la historia y los conocimientos de los helícidos, volviéndose cada vez más interesantes e ilusionante los estudios sobre la materia, Estudios que han tenido como soporte tres cursos de Helicicultura nacionales (uno de ellos presencial) y dos internacionales, además de toda la documentación acerca de su comercialización, también harto extensa. Todos los organismos, donde se recogen las tendencias del mercado, dan en afirmar que el consumo de estos moluscos en los próximos veinte años se multiplicará por cinco. Teniendo en cuenta que, ahora mismo, la producción es deficitaria, no es aventurado decir que las perspectivas empresariales son como mínimo interesantes. Más aún teniendo en cuenta que nuestros proveedores básicos son países del norte de África, donde nadie ha visto ningún tipo de plantación hecha para tal menester. Extremo éste que nos lleva a pensar que su recolección su produce en el mismo hábitat natural de estos animales. Hábitat cada día más amenazado, pues el uso de agroquímicos se está imponiendo en estos países, a causa de los diferentes planes de desarrollo rural: olivos, invernaderos, etc.

Directivos de empresas relacionadas con estos países en la compra de moluscos aseguran que en el plazo de dos años no habrá en su medio natural caracoles ni para un caprichito, como ya sucedió aquí.

Instar a la Administración a tener amplitud de miras y valentía a la hora de abordar este nuevo yacimiento de empleo, apoyando un parque tecnológico experimental y ofreciendo infraestructuras menores (que por definición corresponden a las corporaciones locales) en las zonas donde los diferentes microclimas den la temperatura y el grados de humedad que haga viable este tipo de actividad, zonas que tenemos en abundancia en nuestra comarca, siendo un potencial endógeno a explotar. Estas infraestructuras resultarían imprescindibles para cualquier proyecto de desarrollo local y comarcal, así como para la formación de todas las personas, que teniendo un terreno adecuado, decidieran dedicar algo de su tiempo y dinero a esta actividad que en algunas partes de España se ha demostrado tan lucrativa.

Más aún teniendo en cuenta que la diversificación de la economía es muy aconsejable para el buen desarrollo empresarial de una comarca. Además, ésta se vería mejorada en arboledas y zonas verdes, ya que la actividad los necesitaría, entrando de lleno en la tan traída y llevada economía sostenible.

También se podría considerar una salida aceptable para combatir la actual crisis económica, pues las inversiones serían mínimas y el mantenimiento reducido, si lo comparamos con los posibles ingresos, dado que la cotización de estos moluscos, manteniendo un margen de calidad, darían unos resultados comerciales dignos de tener en cuenta.

En la actualidad trabajo en la confección de un curso de helicicultura a ciclo biológico completo intensivo a partir de las condiciones específicas de algunas zonas de nuestra comarca, curso que espero algún día desarrollar de forma práctica y poder así ofrecerlo a la administración y a todos nuestros conciudadanos.

Un saludo, y ¡al toro!

1 comentario:

Asier dijo...

Hola. Me ha resultado muy interesante su artículo. Enhorabuena! Sabe si las condiciones de la montaña oriental de León (Roaño) son adecuadas para este tipo de actividad, o son por el contrraio demasiado frías?
Gracias
Asier