sábado, 13 de junio de 2009

Isabel Merino canta a García Lorca con Pedro Granados a la guitarra

Patio de la Casa de la Juventud. 9:30 de la noche. La temperatura es de 34º según el termómetro de la farmacia de Pepe Martinez. La noche invita a estar al fresco, pero el fresco nunca viene.

Hay 3 micrófonos y dos sillas. Dentro del ciclo organizado por el Ayuntamiento de Mujer y Poesía llegaba el turno de la velada titulada Isabel Merino canta a García Lorca. Acompañando a la guitarra Pedro Granados, Director de nuestra Escuela Municipal de Música. La presentación y explicación de cada una de las canciones corrió a cargo de Francisco Morales. Patio lleno. El acto empieza con la lectura de dos poemas a cargo de Salud Guillén, concejala de Cultura. Un poco de aire vuela algún papel. Las canciones populares salen en la noche de julio como pudieron haber salido hace décadas, o como seguirán saliendo dentro de mucho tiempo. Las cantilenas de Lorca en la voz popular de Isabel sonaban a antiguo, siendo este adjetivo utilizado como algo positivo y digno de alabanza. La guitarra de Pedro arropando la voz, la palabra, auténtica protagonista de un acto poético.

A continuación les dejo con los textos que ha escrito Paco Morales para la actuación de esta noche y algunas fotos del acto.



PREÁMBULO


Ojeando el programa de este Ciclo “Mujer y Poesía”, que hoy termina, leo en su contraportada: ÁREA DE CULTURA – ÁREA DE LA MUJER – PLAN DE IGUALDAD; y en su interior, ISABEL MERINO CANTA A GARCIA LORCA. Y observando estos epígrafes no puedo dejar de establecer correspondencias. En estas jornadas la mujer ha sido y es protagonista: en la temática, como conferenciante, como poeta, como rapsoda y como cantante.

CULTURA Y MUJER han ido de la mano en su objetivo. Pero mis reflexiones se detienen cuando vinculo “Plan de igualdad” con García Lorca. No sé si a propósito –o sin él- la inconmensurable figura de Federico se deja entrever esta noche en dos de sus facetas quizás menos conocidas: como músico y folklorista patente a través de sus canciones populares; de forma tácita el Lorca amante de la Libertad y del Amor, que se solidariza en su tiempo con el mundo marginado en que la mujer, la andaluza en particular, vive anclada desde siglos.

“En un tiempo en que el feminismo –escribía Antonina Rodrigo- era combatido, ridiculizado o ignorado, Federico levanta su voz y denuncia la frustración del mundo femenino. La denuncia de esta injusticia es la médula de su temática, ya sea de su obra dramática o en la lírica”. Desde 1918, cuando con sólo veinte años escribe su poema Elegía, precedente de Doña Rosita la soltera, los entresijos de la problemática femenina están presente en su obra: Mariana Pineda, Bodas de sangre, Impresiones y paisajes, La zapatera prodigiosa, La casa de Bernarda Alba y Yerma, su obra póstuma. Es justo, pues, reivindicar y recordar esta faceta de Federico García Lorca.

Pero dejémonos de divagaciones y ajustémonos al acto que nos congrega. Y antes de entrar de lleno en el tema central, como complemento al programa aunque no esté incluido en el mismo, Salud Guillén, Concejala de Cultura y co-organizadora de estas jornadas, nos recitará dos poemas de Margarita Melguizo, poeta nacida en Ronda, pero afincada en Córdoba. Ella ha elegido estos poemas porque presentan temas y motivos del microcosmos lorquiano: el amor y la muerte, asociados a motivos como la noche, la oscuridad, el color negro, la luna, el caballo, son constantes de Lorca, todo ello unido a su sentido trágico de la vida.

Los poemas se titulan: "Canto de amor y muerte" y "En la Penumbra".



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Y después de esta magnífica aportación de Salud a la jornada, continuemos con la programación, dando paso a ISABEL MERINO, que acompañada a la guitarra por PEDRO GRANADOS, cantará a García Lorca.

Antes, hablemos algo de estos intérpretes. Por ser de Castro y creo que conocidos del público asistente, asiduo a las manifestaciones culturales de nuestro pueblo, resulta obvia su presentación. No obstante, siguiendo la pauta de costumbre, permitidme que lea unos breves apuntes de la personalidad de ambos.

Y en estos apuntes no nos vamos a detener en ISABEL MERINO ERENCIA como madre, abuela, ama de casa o empresaria y otras circunstancias de su vida, que no es el momento adecuado; ciñámonos a lo que pueda tener relación con este acto: la expresión vocal. Desde muy niña, le tiraba eso de las tablas, allá por los años 50 en la calle Cardadores, en la que la convivencia vecinal, donde había buenos aficionados al folklore –principalmente Joaquín Millán, patriarca de la saga de los “Jornilleros”- propiciaba su inclinación a cantar. Quizás se depositaran en ella las esencias de su abuela Isabel Martínez –de quien heredó el nombre- que tanto sabía de refranes, dichos y coplas populares, o del padre de ésta, su bisabuelo Antonio, que fue un destacado miembro de estudiantinas y comparsas a finales del siglo XIX. Estoy seguro que estos antecedentes familiares y vecinales contribuyeron, junto a una vocación natural, a forjar su inclinación por el canto y, ya más tarde, a participar en muchas de las iniciativas músico-vocales que iban surgiendo en nuestro pueblo: Coral “Alfonso X El Sabio”, Coro Parroquial, Grupo Rociero “Virgen de la Salud”, Coro de Villancicos Populares, etc. También hay que hacer notar que fue su voz la que sirvió para hacernos recordar hace unos meses los ecos melodiosos de la jota castreña, después de más de cincuenta años sin escucharse. Hoy se atreve a interpretar una muestra de seis de las trece CANCIONES ESPAÑOLAS ANTIGUAS, recopiladas y armonizadas por Federico García Lorca, que van a ser El Café de Chinitas, La Tarara, Los Pelegrinitos, Los cuatro muleros, Anda jaleo y el Zorongo gitano.

Pero la voz necesita del acompañamiento instrumental preciso en que ésta se apoye tonal y rítmicamente. Para ello Isabel va a tener el sostén musical de la guitarra de PEDRO GRANADOS MILLÁN.

Comienza éste sus estudios de Guitarra Clásica en el Conservatorio Elemental de Música de Baena (Córdoba) a la edad de 10 años. Posteriormente cursa Grado Medio en el Conservatorio Superior de Música “Rafael Orozco” de Córdoba, obteniendo el Título de Profesor Superior de Guitarra con el catedrático Javier Riba. Ha asistido a numerosos cursos de perfeccionamiento y clases magistrales sobre la interpretación de la guitarra clásica impartidos por los guitarristas Manuel Barrueco, David Russell, Carles Trepat, Ricardo Gallén, Alberto Ponce, Alex Garrobé, Marco Socías…

Ha realizado numerosos conciertos tanto de solista como a dúo con violín y flauta, participando en concursos y conciertos de alumnos, tales como el Festival de la Guitarra de Córdoba durante varios años. En la actualidad cursa 3º de Flamencología en el C. S. M. “Rafael Orozco” de Córdoba, y ha realizado cursos sobre la pedagogía musical, “V jornadas andaluzas de didáctica del flamenco” (Granada).

Desde Febrero del 2005 ocupa el cargo de director y profesor de guitarra en la Escuela Municipal de Música “Joaquín Villatoro” de Castro del Río.

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FEDERICO GARCIA LORCA, poeta, dramaturgo, músico, dibujante, artista andaluz y universal. Nacido en Fuente Vaqueros (Granada) en 1898 y víctima de la violencia fratricida el 18 de Agosto de 1936 en el barranco de Víznar (también Granada).

Todos los estudiosos de su vida y de su obra coinciden en afirmar la vocación musical de Federico. En ésta tendrán una importante ascendencia las canciones que escuchó desde niño, nacidas en el seno del folklore popular. A este respecto dice Manuel Ruiz Amezcua: “Desde muy niño, Federico se sintió unido a la tierra. No podemos entender a García Lorca y su mundo si no lo sentimos plantado en el paisaje que le vio nacer. El paisaje y el paisanaje, la cultura oral y tradicional en los labios del pueblo. Sus criadas Mariquita “La Recobera”, Dolores “La Colorina” y Anilla “La Juanera”, le enseñaron cuentos populares, historias de bandidos y canciones tradicionales”. Como ésta del

CAFÉ DE CHINITAS

cuyos versos recogen un hecho -cierto o no, lo más posible leyenda- del famoso torero gaditano del siglo XIX Francisco Montes “Paquiro”, en el Café de Chinitas de Málaga. Se dice que en origen fue una petenera, pero la versión tradicional es la que recopiló Federico y escuchamos a continuación.



LA TARARA

La faceta musical del genial García Lorca puede que sea de las más desconocidas de su vida, pero como dice Lourdes Moreno Páez en “García Lorca y la Música”, fue una de las aficiones que más le marcaron desde su infancia. Por influencia familiar, siempre vivió muy vinculado a la música. Fue compositor y concertista. Las escasas composiciones suyas conservadas reflejan buena capacidad improvisatoria y un espíritu nacionalista. Se trata de pequeñas obras, compuestas a partir 1916 –tenía 18 años-, sin demasiada técnica formal. Pensamiento poético - Canción de invierno es la más conocida que se conserva.

Federico García Lorca realizó una gran labor como folklorista. El propio poeta, preservando parte de la memoria musical de otros tiempos, es autor de la recopilación de canciones populares antiguas, que él mismo armonizó. Estas piezas son obras clave del cancionero tradicional y tienen un carácter netamente andaluz, tanto en su estilo como en su forma rítmica.

Como en LA TARARA, a modo de tanguillos flamencos en otras adaptaciones, pero que nosotros escucharemos a Isabel en su primitiva versión lorquiana.



LOS PELEGRINITOS

Norberto Torres cita a Roger Tinnel cuando nos recuerda la aptitud musical de García Lorca y su primera vocación de pianista, bajo el magisterio de Antonio Segura Hera. Hasta tal punto era buen pianista que su maestro quería que sus padres lo enviaran a París para continuar estudios musicales. Pero esta idea se aparcó y en 1917 Federico abandonaría la idea de ser músico profesional, dedicando la mayor parte de su actividad musical al folklore. Conocía el repertorio español de Felipe Pedrell y otros compositores. En este momento se interesó más por la música popular de tradición que por el Flamenco, tema que abordaría después.

Uno de sus principales trabajos en el campo musical fue el arreglo de las Canciones Populares, procedentes del fondo común de la tradición andaluza. Las armonizaciones con que acompaña las canciones eran suyas y, dentro de su sencillez, eran muy efectistas. Lorca no era un músico profesional y su interpretación, más que la técnica musical, tenía el valor de su genialidad artística y su gran capacidad de comprensión de la música popular.

Del valioso documento sonoro que ha llegado hasta nosotros gracias a la grabación en 1931 de diez temas de su Colección de Canciones Populares antiguas, escucharemos a continuación a Isabel y Pedro, en una basada en el antiguo “Romance pascual de los peregrinos”, más conocida habitualmente como LOS PELEGRINITOS.



LOS CUATRO MULEROS

Como citaba antes, García Lorca grabó en 1931 diez temas de su Colección de Canciones Populares antiguas para la firma La Voz de su Amo, que fue editada en cinco discos gramofónicos de pizarra (una canción en cada una de sus dos caras). Esta grabación, de la que no quedó más soporte que los propios discos por estar realizadas antes de la era del magnetófono, es el documento sonoro más personal que se ha conservado del poeta granadino. El propio Lorca acompañó al piano a Encarnación López Júlvez “La Argentinita”, quien a su vez las interpretó acompañándose de zapateado -era también bailaora- y castañuelas.

Los discos se pusieron a la venta aquel mismo año, teniendo una gran aceptación por el público, alcanzando las canciones una extraordinaria difusión. Quizás la más conocida, por haberla adaptado el famoso cantaor flamenco Pepe Marchena a su peculiar forma de interpretación (mezcla de cante y recitado), sea LOS CUATRO MULEROS.



ANDA JALEO

Pepe Marchena, cantaor sui generis, a algunas de las letras tradicionales que acabamos de oír, añadió otra de su propia cosecha:

Ay, que me he equivocao

que el de la mula torda

no es mi marío

que es mi cuñao.

Pero volvamos a La Argentinita, que convirtió estas coplas en piezas fundamentales de su repertorio y las difundió por los escenarios de España, de Europa y de América, siendo de destacar la presentación, en 1943 y en el Metropolitan Opera House de Nueva York, de su cuadro flamenco teatralizado El Café de Chinitas, con las canciones populares y otros poemas, lorquianos y decorados de Salvador Dalí.

Del mismo modo, García Lorca las incluyó en algunos de sus espectáculos teatrales y las interpretó en público y en privado, a veces solo y otras acompañando al piano a distintas cantantes. Se convirtieron en piezas clave del Cancionero Popular Español y fueron utilizadas -cambiando algo sus letras- con signo político en el bando republicano. Sobre todo ésta que escuchamos a continuación: ANDA JALEO.



EL ZORONGO GITANO

En 1920, Lorca conoce a don Manuel de Falla. Dicho encuentro tuvo especial significación para ambos, forjándose una amistad y admiración mutua, que acercaría a Federico más al Flamenco, dejando en segundo término la música popular. Pero hay que destacar la sintonía que tuvieron en su concepción del folklore popular. No hay que olvidar que Falla había compuesto en 1914 sus Siete Canciones Populares Españolas, entre ellas aquella del PAÑO MORUNO:

Al paño fino en la tienda

una mancha le cayó,

por menos precio se vende

porque perdió su valor.

Después de la contienda incivil, las canciones populares de García Lorca, como toda su obra, fueron relegadas por el régimen de Franco para la interpretación pública. Pero su espíritu permanecía dentro del alma del pueblo, que sí las recordaba y cantaba. Conozco algún caso en nuestro pueblo de buenas aficionadas que cantaron bastante bien en su juventud aquellas canciones, Y más allá de que artistas de gran renombre las fueran sacando del ostracismo, adaptándolas a sus distintos géneros (entre otras muchas destacaría las de Teresa Berganza con la guitarra clásica de Narciso Yépez, o la de Victoria de los Ángeles con el piano de Miguel Zanetti, en el apartado lírico; y en lo que toca al flamenco la de Carmen Linares con la guitarra de Paco Cortés o la versión instrumental de Paco de Lucía; y cómo no recordar el disco con cuatro canciones que Pepa Flores “Marisol” grabara en 1964, con sólo 16 años, muy divulgada los 60 y 70); yo me quedaría con la interpretación de estas canciones por el pueblo, que hacen que aquello que salió del pueblo, revierta al pueblo. Reconociendo al profesionalismo su labor de difusión y perfeccionamiento, opino que la verdadera concepción, el auténtico espíritu de estas canciones, emerge cuando surge espontánea y vehemente de la voz anónima heredera de aquella expresión popular de donde Federico las rescató, entre ellas el ZORONGO, una modalidad que tuvo entrada como baile en la tonadilla escénica a mediados del siglo XIX. De aquel baile surgió el cante para acompañarlo, a cuya popularización contribuyó Federico García Lorca con su armonización, interpretándose con compás de tango lento en el decir flamenco. Oigamos ahora EL ZORONGO GITANO en la versión que nos harán Isabel y Pedro.


EL VITO

Hay distintas teorías y versiones sobre la procedencia de “El Vito”. Algunos autores afirman que éste tiene su origen en un baile sevillano del siglo XVIII, cuyo promotor fue un hombre nacido en Jerez que cantaba su copla por las calles de Sevilla:

Yo soy Vito, yo soy Vito,

yo soy Vito de Jerez,

Yo me llamo Don Pepito

y me achispo alguna vez.

Otros aseveran que El Vito nace en Córdoba, siendo la danza más antigua de nuestra capital de provincia, que era ejecutada por bailaoras ataviadas del típico traje goyesco, mantones y sombrero cordobés. Estas danzarinas giraban alrededor de un círculo, con el acompañamiento del canto de su mismo nombre y los instrumentos de la época. Así lo podemos apreciar en una litografía que Goya realizó en 1824 para su Colección de Estampas Españolas, titulada precisamente “El Vito”.

Federico García Lorca hizo mención de esta tradicional composición en algunas de sus obras, como el caso de Mariana Pineda. Y en la farsa para guiñol El Retablillo de Don Cristóbal la voz de Rosita canta:

Con el Vito, vito vito,

con el vito, que me muero,

cada hora, niño mío,

estoy metida en el fuego.

Pero es que también Lorca realizó la primera versión para guitarra que se conoce, según contaba el guitarrista clásico Regino Sainz de la Maza, gran amigo suyo, quien hizo un arreglo de esa trascripción para incluirla en sus conciertos y grabaciones, lo que después han realizado bastantes guitarristas, tanto clásicos como flamencos.

* * *



Con El Vito termina este recital de canciones populares andaluzas rescatadas por Federico García Lorca, que esperamos haya satisfecho a la audiencia.

Ilusión y ganas no han faltado a sus organizadores e intérpretes.

En él, nuestro amigo y paisano PEDRO GRANADOS, como ha hecho en las canciones anteriores, desgranará en su guitarra el estilo recio y alegre de esta pieza: e ISABEL MERINO, como exponente de la expresión popular y no profesional de estas coplas de que antes os hablaba, pondrá su voz para este canto concebido para el baile, en el que a veces está presente lo que los musicólogos han dado en llamar la “cadencia andaluza”.

Castro del Río, 12 Junio 2009.

Francisco MORALES BASURTE

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