Hace un par de viernes, en esas reuniones gastronómicas que venimos haciendo desde hace tiempo en el salón-cochera de mi casa un grupo de amigos, y después de un buen salmorejo y una excelente paella que nos elaboró el vecino Manolo del Bar Córdoba, les presenté un postre que, siguiendo algunas indicaciones de internet, les tenía reservado. ¡Oye!, fue un paréntesis en el ya intenso debate que manteníamos en la tertulia; todo el mundo aparcó sus argumentos y nos dedicamos a saborear esta tarta de chocolate que (aunque peque de inmodesto) me salió exquisita. Tal fue así que no quedó ni para que la pudieran probar mi mujer y mi hija, las cuales no tardaron en recriminármelo.
Para resarcir tal ofensa este sábado les hice a ellas el mismo postre y, como en la tertulia anterior muchos me pidieron la receta, aprovecho para pasarla con un atrevimiento más: grabé su elaboración y aquí os dejo el vídeo en plan Karlos Arguiñano o Mariana Bravo, salvando las distancias. Espero que os guste (la tarta, digo).
Nota: Rafa cuando mejore la técnica quizás me atreva con la receta esa de bacalao con crujientes de ibéricos que me pasaste.
LA RECETA:
2 comentarios:
Será Mariana Bravo, no Caracuel, amigo Rafael.
Llevas toda la razón Blas, ha sido un lapsus.
Ya está corregido.
Mis excusas, y espero no me pidad derecho de imagen. je,je,je.
Un saludo
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